Tierra de sangre, lluvia,
y negra de tristeza caída,
hasta lo más cálido, frio es,
almas sin aliento ni venganza.
Todo es una batalla no luchada,
la impotencia derramada como
agua cayendo de aquella rama,
en el rio negro y maldito.
Toda esa lluvia no se ira,
tendrán pesadillas de ese
fuego y fuerte viento
gritado desesperado.
Tanta oblación en vano,
el fuego arrasando su tierra,
y ese grito del cachorro,
que desgarra la conciencia.