Dame la tersura de tus manos
dame la dulzura de tu voz
que el ángel Cupido enamorado
ayer tarde, me flechó.
Dame la luz de tu mirada
dame tu sonrisa por favor
que la tarde se puso arrebolada
y Cupido ha disparado , en tu honor.
Toma la blandura de mi alma
y toma también mi corazón
que Cupido su flecha la dispara
y es de los arqueros el mejor.
Toma la verdad de mis palabras
y toma lo grande de mi amor,
que Cupido de verdad cuando dispara
sus flechazos se convierten en canción.
Dame tu mirada de luna clara
y dame tus besos de boca en flor,
que si Cupido la guerra me declara,
¡Voy a convertirme en Ruiseñor!
Autor: Alejandro J. Díaz Valero. Derechos de Propiedad Intelectual Reservados.