Hugo Emilio Ocanto

Hoy escúchame tú a mí (Monólogo GRABADO)

La inestabilidad del ser.

La aceptación de lo inaceptable.

La resignación de las injusticias.

Tu presencia que me recrimina,

a veces, constantemente.

Hoy escúchame tú a mí.

Ya me has dicho todo lo que pensabas.

Ahora te diré yo lo que pienso.

¿Cuándo hemos de tener paz

en nuestras almas?

¿por qué no recordar

y tener presente nuestro pasado?

Ese por el cual cambió

nuestras vidas, para bien,

y hoy, se ha desmoronado

todo lo que hemos realizado.

Todo. Absolutamente todo.

Quiere decir entonces

que después de tantos sacrificios

y penurias, todo lo realizado

inexistente está.

Estoy cansado, completamente cansado...

me dijiste que tú lo estabas...

¿quién cansó a quién?

Disconformes estamos.

Y pensar que nos creíamos

tan inteligentes...

con tantos sentimientos...

¿dónde han ido a parar?

Al viento, se los ha llevado

el viento...

Ambos estamos hoy

tan indecisos con nuestro sentir,

que todo nuestro pasado

me parece ahora

que fue un hermoso sueño,

y que hemos despertado

a la realidad, la cual hoy,

nada tiene que ver

con el feliz pasado.

El pasado fue...

dejó de ser...

ahora vivimos un presente

lleno de resentimientos,

de indiferencias,

de no soportarnos...

Tenemos nuestras almas cansadas,

ya no sienten lo mismo

que hace un tiempo...

escúchame...¿qué es lo que

realmente nos ha pasado?

estamos aquí, juntos...

pero parecemos dos extraños seres

que no nos conocemos.

Preséntate a mí...

no te reconozco...

soy tu esposo...

y tú a mí, no me reconoces...

hoy escúchame tú a mí...

estamos desorientados,

nuestras almas se han desunido,

ni tú ni yo sentimos

ya el mismo amor

que hace un tiempo tuvimos.

¿por qué, por qué?, me pregunto.

Tal vez  porque el destino

nos privó de nuestro hijo,

nos lo arrebató...

y no hemos sabido recuperarnos...

si tuviésemos ambos

los sentimientos de antes,

tal vez podríamos recuperar

nuestro amor...

pero tú con tu resabio

y rencor, no quieres aceptar

nuevamente mi amor...

ya no sientes amor...

¿Es desprecio, por lo que pasó?...

Él no sabía nadar,

fuiste tú la que autorizaste

se interne en el mar...

yo no quería...

pero se hizo tu voluntad...

cuando los dejé

para ir a comprar las bebidas

te advertí lo cuidaras,

y que no fuese solo a las aguas...

pero tú lo dejaste ir...

no sabías nadar,

él tampoco...

estábamos en una lejana playa,

no existía guardavidas,

no estaba yo presente,

tuve que caminar casi tres cuadras

para localizar ese kiosco,

para comprar las gaseosas,

pero fuiste tú la que

quedó a cargo de nuestro hijo...

que el mar se llevó...

Cuando yo llegué,

ya era tarde...

hoy escúchame tú a mí...

cansado y desesperado estoy...

Démonos una tregua,

de lo contrario, separémonos...

piénsalo, mi cerebro y mi alma

ya no dan para más...

Todos los derechos reservados del autor (Hugo emilio Ocanto - 08/03/2013)