Quiero una mujer sumisa
En todo lo concerniente
A la dirección de la vida
Dado que yo seré el presidente
Y ella será la gobernante
Y yo el de las camisas
Planchadas
Evidentemente
Y al instante.
¡Que descaro!
¡Que desplante!
Quiero una mujer sumisa
Y no con su misa diaria
De penitente.
Yo quiero en ese sentido
Una mujer expresidiaria
Que se atreva condecendientemente
Con esta libertad latente.
Que le queda por delante.
Quiero una mujer amante
Y no una mujer con prisa.
Dueño seré de su risa
Encargado impertinente
De darle su dosis diaria
De humor diferente.
Quiero una mujer sumisa
A la hora del sexo fuerte
Y enfermiza
Por la pasión consecuente.
Quiero una mujer sumisa
Pero caliente
Muy caliente.
No se si eres tu Michele
Lo he pensado
No se si eres sumisa
Como este poeta pretende.
Tu nombre me sabe a bonito
Tu rostro inteligente
Tus escritos
Son todos muy interesantes
Y exigentes.
Pero no eres sumisa
¿O eres sumisa
Y me engaño totalmente?
¿Eres sumisa Michele?
¿Y yo un prepotente?