A veces,
Tu sonrisa es cómplice,
Guiños de vida de sentidos que hablan;
Y tu ternura escondida,
Es reclamo de prudencia y de calma.
A veces,
Tu juego de palabras,
Estimula la inteligencia, la picardía,
El sin sentido de neuronas que descansan,
Vivificando el cuerpo y el alma.
A veces,
Tu mano que roza,
Es promesa de ansia y deseo,
Descanso de anhelos,
En la más alta montaña que alcanza.
A veces,
Y aunque es clara tu distancia,
Con un gesto cariñoso,
Con una sola mirada,
Dices todo lo que callas.
- Y eso me encanta –
MARTA DORESTE