La palabra es material bruto, un estado puro,
una cantera de minerales dispuestos a brillar,
es materia para nacer como el Señor mundos,
lo invisible, que se hace presente, para crear.
Mal empleada, en mala palabra toma rumbo,
usada al herirte o los ojos de alguien sangrar;
pierde su significado, solamente es algo bruto
pesando como un abrazo venenoso al golpear.
Con la palabra, traigo a tu presente mi futuro,
te he amado como siempre y no puedes dudar,
te firmo con lágrimas y lo sello bien profundo,
mi palabra, mas que palabra, es agua de tu mar.