Pequeña
Nena de mirada dulce
y corazón que prospera,
dame luz de primavera
como sólo el sol produce.
Tu nacimiento trajo paz
y felicidad al mundo;
sosegaste al iracundo
y dulcificaste al voraz.
Hoy tu inocencia angelical
se dispersa entre nosotros
y nos haces armoniosos
con tu gracia providencial.
La inocencia te recorre
por donde caminas y andas;
y serenidad emanas
a la humanidad de este orbe.
Con el canto de estos versos
mi espíritu te reclama
y mi sencillez te aclama,
¡pequeña de mis recuerdos!
Adán A.