La pasada noche donde desperté
Ausente de mi cuerpo,
Soñé futuras cosas, incalculables
Anhelos de felicidad,
Y para entonces era tarde el sueño
La esperanza moribunda
Más no quedo adolorida la alegría,
De un dolor que nace a cada instante
Y de una vida que a cada segundo muere.
Yo fugitivo de este corazón
Siento el llanto caer,
En gritos nostálgicos meridianos,
En claustros insondables,
En misericordia olvidada,
Yo veo la luz opaca de la felicidad,
Esta vagando en un limbo
Donde gritan sin sentido
Aquellas voces muertas,
Más allá del olvido,
Sin que nadie, escucharlas pueda,
Entonces sin que existan.
Francisco De Tescia