Dos destinos
Tú fuisteis voz entre ecos y fuerza, en gritos y estallidos, tú ambular era incierto pero tus propósitos firme...luchabas por un ideal que te hacia soñar.
Cuando al río te ibas a pensar en aventuras locas con el rocío y la niebla, con el mismo amor loco que impulsaban tus sueños y te hospedabas allí, sin destino, ni fin.
Yo hacía lo mismo pero de la vereda de enfrente con un sables y la ley en mis manos, también tenía voz entre ecos y fuerza en gritos y estallidos...también luchaba por un ideal que no sabía.
Muchas voces bajaban de las sombras, palabras incomprendidas que la sociedad ponía a ti en un campo y a mí en el otro, pero sólo dios sabía que en almas tan distintas surgiera un amor por vida.
Ahora las montañas que dividen nuestras vidas, se nos hacen más cercas y se nos visten de flores ¿Quién sabe en qué mañana se darán las cosas? y nuestro amor floreciera como un ramillete de ROSAS.
Al ver tu imagen mis ojos treparon a tu rostro, mí sangre fluía a su antojo y fueron mariposas que su aire me llevó a los prados en busca de más flores y encontrar en ellas un rincón mejor a mi corazón.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz