La tristeza es mi carnet, de identidad
Aunque sonría por la vía, al caminar
Es tanto el tormento, de mi verdad
que en el mar naufraga, mi respirar…
Yo no deseo la muerte, ni su mural
Solo intento su crucigrama descifrar
Por un estudio, que quizás sea el mal
Pero merece la pena escribir, sin parar…
Luchas que me demandan, mis locuras
Solo Dios sabe, hacia donde me llevaran,
Estos macabros párrafos, de mil palabras
Que espero me levanten, de mi diván...
¡Caminos de muerte sangrienta!
Que me despertáis, en sueños
¡Y le preguntó, a la noche violenta!
¿Qué es lo que quieren, mis dueños?...
Y el porqué, no me dejan descansar
Aunque traspase el túnel, de la luz
y me regale, el dejar de divagar
En vida… la muerte para todos, es la cruz..
El fin del infinito y bonito vivir
¿Para qué luchar tanto?
Si caminamos… hacia en fin
Paso a paso, hacia el desencanto…
Mientras tanto, estudios y trabajo
Desengaños de amor y paz
Pequeños descansos, de verano
La vida es un paseo, muy fugaz…
Por el planeta tierra, lleno de política
En todos los campos, por donde pisemos
Aunque dejemos huella, es solo platica;
De polvo nacemos y polvo seremos...
A un quilómetro, de donde vivo
Hay un campo de reposo, sepulcral
Allá por donde descansas del alivio;
De toda una vida… de trabajos en plural.
¡No es que este obsesionado con la muerte y el más allá pero desde que nacemos vamos caminando, hacia nuestro final!
Modesto Ruiz Martínez / 19/11/2009