Ya venciste a la muerte;
¡¡Resucitaste¡¡
Al enemigo, las llaves de la muerte arrebataste.
Ya no eres hombre,
Eres... Dios glorificado.
Estas sentado a la diestra del padre.
Varón perfecto, único, digno cordero
sin mancha y glorificado.
Ahora espero pacientemente tu regreso.
Ayúdame, prepárame, deseo estar listo
para mi encuentro definitivo contigo.
En tus manos encomiendo mi espíritu
He renacido; hoy las cosas viejas pasaron,
en mí ha renacido una nueva criatura.
Aquí estoy mi Señor junto a los que amo
esperando tu glorioso regreso.
Ven pronto por tu pueblo mi Señor.