1-A TUS OJOS
…PARA- ADRIANA
Bar-CASA BLANCA-
Quise escribirle a tus ojos
y las palabras brotaron de mi boca,
fue llamarada brutal de mis antojos
que entre mis manos sublime se desboca.
Sé que el sentimiento me trastorna
porque al ver la belleza, me sublime,
pues al mirar esa luz que los adorna
esta tarde tan triste se redime.
Soy simplemente un poeta que le escribe
un poema a tus ojos, que son bellos.
No lo rompas jamás porque en él vive
esa luz imperiosa cual destellos.
2-MOROSO AMOR
Tal vez, he llegado tarde y sin llamar
como la lluvia en el atardecer,
y tú que bien lo sabes puedes ver
cómo me alejo sin poderte amar.
Y la esperanza que se muere no retoña
(no es flor que nace en la mañana)
Es más bien ventarrón tras la ventana
que mata lentamente cual ponzoña.
Sé bien que llegué tarde y no hay remedio
y mi muerte no es amor… se llama tedio.
3-LAS LÁGRIMAS
…las lágrimas son nuestras son eternas
-impasibles-
candorosas
Hay lágrimas de dolor que nos sacuden
o parten el corazón
de un solo tajo…
en la despedida también la lágrima sucumbe
sea ésta definitiva o momentánea
para el caso es igual
surge la lágrima
¡también de alegría se llora!
Por eso cuando los ojos
se empañan
dejemos que ese néctar soberbio
resbale por el pómulo
hasta el pecho
y, la metamorfosis imperiosa
la evapore
(y vuelva hacer lo que salió del ojo)
4-UN RECUERDO ERÓTICO
Hay veces que paso muy cerca de esa puerta
donde cruzamos los dos sin miramiento,
donde filtraba por la tarde el viento
y por la noche se quedaba abierta.
He pasado muy cerca, no lo dudo
recordando las noches en tus brazos
sorprendido quizás por tus ojazos
que miraban mi cuerpo -cuando sudo-
porque sudaba entonces al tocarte
con la intención sensual, claro y obsceno
acariciando así callado el seno
mientras solías a mí sólo entregarte.
Pero hoy aunque paso ya no siento
ni el remoto instinto de buscarte;
ni te juzgo ni puedo condenarte
pues haberte querido me arrepiento.
5-A TU MIRAR
…A- JENY
Bar-CASA BLANCA-
Yo no sé, si es prudente mi delirio
o agonizo al pie de tu mirada,
pero hay algo en ti que es un martirio,
son tus ojos mujer que me degrada.
Ahora sé porque me gusta el cielo
ese esplendor sublime ante mi vista;
porque al mirarte a ti me causa celo
ese esplendor que en tu mirar se dista.
Sí, después de todo lo ya escrito
lo poco que haya dicho o comparado
ya nada puedo hacer, ya nada quito…
fue tu mirar en el hangar soñado
lo que puso en mis labios este grito
y yo sólo transcribo lo mirado.