A María Elisa
No te amo moderada, sobriamente.
No puedo, no sé irme paso por paso.
Tú me gustas para amarte por completo,
enteramente,
desenfrenadamente.
Es cierto, suelo fascinarme tan fácil y con tantas cosas
que puede no parecer sincero,
pero no es lo mismo maravillarse un instante
que quedarse maravillado.
Por eso te advierto:
no voy a amarte moderadamente,
no voy a pretender,
no voy a actuar ni a esconderme de nada ni de nadie.
Estaré ahí, entregándome
sin saber cómo, ni cuándo,
estaré enamorado y a tu lado,
no sé por cuánto tiempo,
pero estaré,
y tú podrás decir con tal certeza que me tienes,
que aunque los dos sepamos
que eso de “tenerse” en realidad no es cierto,
yo también le gritaré al mundo,
maravillado,
que nos tenemos.
Y será cierto.
Carlos Alcaraz
10/03/13