Eres inquieta, ajetreada, hasta te ocupas de mi alma,
te importa que no sean derramadas lágrimas al azar,
me dices que es tu naturaleza, la que nunca reclama,
no queda ningún hueco vacío, siempre puedes amar,
como esencia que entiende todo, abundas con calma,
en la alegría o en la tristeza, tu presencia es mi lugar.