En el fragor de la inmortal batalla,
resonó una bala que mortalmente
hería al corcel, que se desplomaba
y rodaba al suelo pesadamente
aprisionando al \"Santo de la espada\",
que se encontraba al filo de la muerte...
¡Un soldado salvó al Libertador,
dió su vida con arrojo y honor!
Adolfo César (NAZARENO)