Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda.
“SI LOS MUERTOS PUDIERAN HABLAR”
Si los muertos pudieran hablar de amor y celos, de guerra y paz, de ambición y humildad:
¡Cuántas cosas nos podrían contar!
Nos contarían que hubo promesas rotas. Las que se hicieron ante un altar, con Dios por testigo y toda la comunidad.
Nos contarían que no existe el amor verdadero, que no hay hombre ni mujer fiel;
Que la guerra y la paz es la misma cosa: Que en la guerra se vive violencia y cuando se cree estar en paz, te acompaña miseria.
Que los celos alimentan tanto como la pasión: Yo los vi a los dos en mi cama, se reían en mi cara y los tuve que matar.
Fui un hombre ambicioso, que tuvo lo que todos envidian: Dinero, fama, poder. Pude comprar lo que quise, pude comprar el placer. Pude comprar el amor de cualquier mujer, pero no el amor de la que amé. Al morir, otros disfrutan lo que tanto trabajé.
Nos contarían:
Fui una mujer bellísima, de las musas la mejor. Inspiré a muchos poetas y a muchos cantautores también. Tuve a todos los hombres a mi alrededor, dicen que fui la amante de Mr. President, que en el cine fui la mejor; pero dentro de mí no cupo tanta amargura y la sobre dosis me alcanzó.
Si los muertos pudieran hablar de amor y celos, de guerra y paz, de ambición y humildad:
¡Cuántas cosas nos podrían contar!
Nos contarían que el hombre más humilde, tiene una gran carga de vanidad y que de la envidia que tiñe al mundo, nadie se puede librar.
Pero hay un muerto que está vivo, que te susurra la verdad,
Que te dice al oído: “Yo te amo, mucho, mucho más
Pero hay un muerto que está vivo que nos ama ya verás, su nombre es Jesucristo, camino, verdad y vida, “ego sum via veritas et vita”
Pero hay un muerto que está vivo, que te susurra la verdad,
Que te dice al oído: “Yo te amo, mucho, mucho más…mucho más”