Debo creer que los días son de tierra,
más aún cuando los caminos se repiten.
Siempre hay algo de yeso en el cielo,
y la luna es un blanco y redondo misterio.
Me gusta tener sucios los zapatos
y en los ojos retener algo de arena.
Y es que vivo en la tierra, mi madre
lo sabe. Amo la elasticidad del gusano.
A veces pienso que soy de barro y de flauta,
de ocarina que se quiebra.
Descansa corazón tu amor muerto,
las ventanas y las puertas
descansan de la vigilia eterna.
Yo que te comparaba con una luna
en medio de una noche sin tinieblas,
en medio de la muerte y un poema.
Descansa corazón tu amor perdido:
Yo, que hago y digo lo que no creo.
Yo, dedos que recogen agua,
tristeza nunca satisfecha.
Solo existe la tierra y mis manos inacabadas.
Solo existe la tierra, amo su rostro,
su presencia, su sustancia.
Regocíjate corazón que algún día
cuando una tarde nazca,
te unirás para siempre a ella.