Un buen día de estos escribiré,
solamente para dejarlo en letras,
del tono de tu voz una tarde de diciembre
cuando me decías, sorprendiéndome:
“cara perdida”, con esa melodía adolescente,
timbrada de saudades.
Describiré, animado y sin metáforas
tal como yo quiero recordarte
(con tu blusita verde,
en bicicleta
y tu rostro recién lavado)
alegre como tú misma a veces frente a mí,
mientras me declarabas tus deseos.
El tiempo ya pasó, cerca de dos meses
que han sido años y siglos de tristeza
y aunque esas palabras poco sentido tienen
–porque el alma nos distrae y hace olvidar su ímpetu-
sigo esperando que se cumplan.
Un buen día de estos hablaré
al papel y su sombra, para recurrir
a él, cuando seamos tú y yo solamente
un recuerdo frío e imposible.
Masaya
14-02-13