Llegué de la escuela
y no hallé almuerzo,
el hambre desespera
y causa tormento.
El olor a comida
me dio mucha hambre,
era la vecina
que guisaba carne.
De la escuela llegué
con mucho apetito,
cogí la sartén
y preparé huevos fritos.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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