A ti que abres con sonrisas mi pecho
cosquillando este vientre de ternuras
y elevando mi gozo a las alturas
con caricias despachas tu derecho.
A ti que ensanchas todo espacio estrecho
con murmullos de frescas suavidades
y olvidando perjuicio y vanidades
sabes siempre mostrarte satisfecho.
A ti que inquieto aguardas mi llegada
con abrazo tendido de alegría,
en tus brazos mi dicha no cabría
sin estar de tus ansias contagiada.
Porque mi alma se siente acompañada
con plácido pulsar de tus latidos
que percuten de ritmo los sentidos
exaltando emoción acompasada.
Porque sé que mi piel vistes de aromas
perfumando mí olor de tu fragancia
y en mi dermis tu amor deja constancia
cada vez que en mis poros te desplomas.
Porque crece en tus manos la esperanza
alimento que inyecta el porvenir
y amasando en tenaz ir y venir
vas forjando un futuro de bonanza.
Porque acunas en gestos naturales
la esencia medular de tus razones
y en modestia, sin falsas pretensiones
trabajas en honor por ideales.
Porque haces el silencio valedero
con instante de fina precisión,
que renueva en el alma la ilusión
valida de argumento verdadero.
A ti que viril te alzas caballero
y enarbolas tu hombría en suavidad,
que a la fuerza no impones necedad
y mantienes a tu ego prisionero.
A ti que cabal te entregas entero
en honrosa y total fidelidad,
porque amar no es en ti debilidad
a ti te llamo yo... mi compañero.