Hoy
yo deseo que tu piel se deslice por mi cuerpo como una toalla húmeda.
Hoy
yo anhelo que tu aliento me cobije del frió y que me sople en el calor.
Hoy
yo voy hacia ti a mendigar pan y te obligo a llenarme.
Hoy
yo lagrimo mis penas sobre la almohada y mis sueños los dedico al compás de tus rizos cabellos.
Hoy, hoy, hoy,
yo le rezo a la escultura de mujer de barro sensual.
Mañana
¿quién sabe?