Paso horas dormitando en esta calma
que se ha convertido en mi triste cárcel,
el hierro es de seda pegada al alma
y el sueño es esnifar polvo de ángel.
Sé que estoy consumiendo en tu recuerdo,
también sé, que he dejado de ser noble,
que de ser, ya no soy ni un hombre cuerdo
atravesado por amor de pobre.
Concibo que la luna azul te llame,
es más azul que el negro del plumaje
que envuelve al dañino cuervo que me hace
deshojar una rosa y su linaje.
Soy todo lo que un día la oscuridad
tan fría se llevó a la realidad.
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