Porque la vida continúa… porque primero Dios y luego yo decido,
sí, yo decido sobre mi propia existencia.
Hablando con la vida, escuchando el silencio…
pensando… entre páginas leídas,
mirando el transcurrir de los días
y sintiendo que mi alma moría
poco a poco y sumergida en el hondo existir,
la música empezó a sonar de nuevo,
la brisa fue diciéndome “no te rindas”
¡estás viva! …¡la vida continúa!
Sentada en esa nube del silencio…
reflexionando entre “lo cierto e incierto”
entre lo que “se vive y se deja de vivir”
entre lo que “sembramos y cosechamos”
entre el “aquí y ahora” de la existencia,
en la “muerte” de cada segundo que llega…
y la “vida” que en él también se engendra,
mi alma se obliga, ¡estás viva! …¡la vida continúa!
Es tan “corto el camino”, siempre lo digo
y no por sabiduría mía esas palabras tienen vida,
es la experiencia del día a día que las confirma.
Es verdad que siempre es necesario
un sacudón de sábanas a nuestra vida,
un aseo a nuestros sentimientos en tristes momentos,
no menos cierto es que el “dolor duele” pero,
vuelvo y entiendo: ¡estás viva! …¡la vida continúa!
Desde ese emocionante viaje que suelo hacer,
logro divisar horizontes de valles y bosques,
veo cómo se pierde el humano en la cotidianidad
y también puedo ver cómo crece ante la adversidad.
Puedo, en mi viaje encontrar la paz y el sosiego
que iluminan de nuevo mi camino y entiendo quizá el destino.
Veo las caras ocultas, los sentimientos oscuros y,
aun así me alegro porque, ¡la vida continúa!
Sí, ¡la vida continúa! Y en ello, encuentro la esperanza...
y deseo atrapar los segundos que perecen,
para que en su prisa algo se lleven de mí…
porque en ellos viví y con ellos existo,
y es que vuelvo con fuerzas y renovada,
porque en mis circunstancias amo y soy amada,
porque quiero “Amar” más a quienes me quieren…
pero a quienes no, el último segundo me dijo: “no te rindas”.
Porque la vida continúa… y el AMOR en sus días…/y en la muerte de un segundo se pare una vida,/que el Amor perfectamente cobija… /y no será por mí que ese Amor se pierda en sus días…