El Señor guarda a su Iglesia del peligro
Con una espada en la mano la defiende
La bandera del pecado enarbolan los diablos
Ministros del saber, ministros del poder
No tengo en mi boca palabras amargas
Sólo tengo en los labios palabras de alabanza
Palabras de gozo hacia mi Señor
No puedo soñar con nada más dulce
Mis palabras son miel en boca de los ángeles
Mi rostro, luz y faro de las gentes
Únicamente el Señor puede construir
Uno de los cielos de hierro y piedra blanca
Que cada uno de nosotros no puede defender
No dejes que caiga en manos de mis enemigos
Defiéndeme de los puercos que me arrastran al barro
Pon en mi boca palabras de loor