Cuando en tu corazón de ternura
broten raíces de amargura...
Piensa en mí.
Cuando tu mente
quede vacía y ausente...
Piensa en mí.
Cuando tu alma blanca
no encuentre la calma...
Piensa en mí.
Cuando tus ojos se empapen
con lagrimas que amarguen...
Piensa en mí.
Cuando no te sientas princesa
y en tu alcoba te sientas presa...
Piensa en mí.
Piensa en mí cuando despiertes,
cuando abraces...
cuando reces.
Que cuando te mires al espejo,
puedas verme en el reflejo...
Piensa en mí en la mañana,
en la tarde...
cuando anochece.
Pero cuando te acuestes,
no me pienses... Solo en la noche...
Deseo que me sueñes.