agustin monteza casusol

LA NIÑA Y EL COLIBRI

¡Colibrí!

Hablaba la niña,

mientras el avecilla picoteaba las rosas del jardín,

soy pequeñita llévame en tus alitas

adonde esta mi mamita.

 

¡Colibrí!

Decía la niña,

yo creo que papito miente,

mamita debe estar en el paraíso

comiendo perfumadas manzanitas.

 

Si no puedes llevarme, llévame una cartita.

Ahí le digo que ya voy a la escuelita,

que ya se rezar,

que todas las noches

oramos con papito por ella.

 

Que todos los domingos,

después de la misa

Voy con papito a su tumba

llevándole lindos claveles

y perfumadas rositas.

 

¡colibrí!

Yo creo que papito miente,

me dijo que mamita vendría

cuando yo sepa leer y escribir

Y ahora ya lo se, ¿Entonces porque no viene mamita?

 

Colibricito lindo,

dile a mamita que ya se la verdad,

que le escuche decir a mi abuelita

que ella murió cuando a mi me paria.

Dile que le amo…

 

El colibrí se detuvo en el aire frente a ella,

vio sus ojos muy tristes de la niña,

y sobrevoló a su alrededor

Y en un raudo vuelo

Zumbando sus alas  el avecilla se marcho.

 

La niña se sintió sola… abandonada.

Y al ver a su padre corrió a sus brazos

y aferrándose con fuerza a su cuello

La tierna criatura sin consuelo lloro.

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