Cantaba en su voz
El alma sonrojada,
Ardiente por pasión,
De amor iluminada.
Era frágil su perfume,
Se quebraba con el viento.
Con fuerza en vano intento
El corazón consume...
De loco derroche,
De afán inocente,
Buscaba en la noche
El calor de su vientre.
. . .
A lo lejos se oían
Las notas de agonía
De una tarde estertorosa,
De una noche dolorosa.
. . .
Hoy solo aflora una sonrisa,
El silencio le hace juego
Y en los lomos de la brisa
El propio Amor enciende el fuego.
Mas, ¡Ay! Que a aquel ingrato
No le llega al corazón la pena
De haber trazado en el retrato
el dolor de un alma buena.
23 julio 1989
DNDA:599383