Miro tus ojos y veo el dolor.
Eres quien fuí y he vuelto a ser.
Piensas que nada puedes perder
en ésta eterna guerra de amor.
Sombras de duda cruzan tu mente
y te preguntas... ¿Cuanto me ama ?
Sólo es un salto de fe a la nada
que te destroza completamente.
Sangras por dentro, al igual que yo.
Se te revelan nuevas heridas
y, como un gato, con siete vidas,
peleas y luchas en éste arroyo.
Cubres y escudas tus sentimientos,
pero no siempre eso es suficiente.
Tu sangre mana, brota en torrente,
y nadie puede escuchar tus gritos.
Llora sin miedo, que estoy contigo.
Deja que tu alma dolida sane,
luego de dura batalla infame,
de tanto atroz y cruel castigo.
Te entiendo y siento lo que tú sientes.
Sangro y sollozo al igual que tú.
Las lágrimas curan, muy lentamente,
la herida grande de tu interior.