“Esta sangre desgarrada,
esta rara extraña veta,
úlcera viva y secreta
en mi vida aposentada”.
Ramón Sosa Montes de Oca
Esta vida ya no es vida,
esta vida es un gemir,
esta vida es un vivir
con una punzante herida.
Ya la carne está dolida,
ya la frente está arrugada,
ya la boca está brotada
del eterno fenecer.
No se puede contener
esta sangre desgarrada.
Este lánguido sopor,
esta infame incertidumbre.
esta agria mansedumbre
torna agrio mi dolor.
Este tímido fulgor
en mi vida simple y quieta.
Esta esperanza discreta,
este fuego del desierto,
este cuerpo ya es de muerto,
esta rara extraña veta.
Este paso quejumbroso,
este paso acalambrado,
este paso atormentado,
sin descanso y sin reposo.
Este paso bochornoso
hacia extraña y vaga meta.
Esta marcha no se aquieta
en la arena lacerante.
Esta marcha sofocante,
úlcera viva y secreta.
Este canto entristecido,
este llanto solitario,
este doliente calvario,
este velo prohibido.
Este intranquilo latido
en el alma mutilada
es la voz atribulada
del náufrago en hondo mar.
Hay un dolor sin sanar
en mi vida aposentada.