Para que tenga color
lo que pensamos
que los pensamientos tengan
tanta calidad
que los quieran robar los físicos cuánticos
porque valen
lo que vale descubrir una estrella
o el origen del soplo primigenio.
Para que tenga el pensamiento
una bella forma
que su naturaleza sea tal
que lo quiera plagiar una escultura
porque recuerda que al centro
de la piedra duerme un color que pugna
por ser guerrero
o por ser una mujer hermosa
- y que la mujer hermosa mire
su costado
y comprenda
que es la fuente
y el origen
y la razón de las cosas-.
Para que un pensamiento tenga
claridad en su contorno
que sea tan preciso como canto gregoriano
como la comisura de la Gioconda
como uno más uno
dos que es más que un sueño
como la puesta de tu sol
cuando tu mar se olvida.
Que los pensamientos valgan
por sus colores que atardecen el verano
por sus formas desnudas sin tapujos
por sus contornos de cintura breve
por sus ilusiones con sus tantas lunas.