En un dorado paisaje
A orillas de un lindo huerto
Donde el pajarillo anida
Y se recrea el silencio.
Sentados están dos amores
Bajo los troncos frondosos
Que no conocen la pena
Y sí los frutos sabrosos.
La hermosa niña tiene
Entre sus manos de nácar
Un ramillete de flores
Para hacer una guirnalda.
El niño la mira inquieto
¡Qué bella mi enamorada!
Y ella, al volverse a él,
El color de sus mejillas danza.
Coge una ramita de olivo
y en él la pasión se entrega
y con un gusto exquisito
escribe su nombre...¡Princesa!