Se ha finiquitado el Nodo, de mi ser
De treinta años sin parar de tejer
Pero al mismo tiempo la pena es placer
Ya que tanto agobio agilizo, mi vejez…
Cedulas que llenas de oxigeno, murieron
Dentro de la corteza de mis sesos
Que días aquellos, de sudores inmensos
Donde el estrés era, mi sustento…
Millones de días y noches, mirando el reloj
Entradas y salidas llenas de amarga ilusión
Ya que no vivía nada en lo social, mi exterior
Y me escondía, entre paredes de tensión…
Creyendo que era, en el trabajo como un Dios
Y solo fui un amargado, sin sentido del vivir
Dura es la verdad pero así eran, mis sentimientos
Jefe de turno, nada que me llenara el sentir…
Del todo sea cerrado el círculo, en esos lares
Ahora soy un jubilado, jefe de mí pensar
Y paso los días, con el amor de mi voluntad
Paseando con el recuerdo, en todo m í soñar…
No tengo obligaciones, en los meses de mi paz
Pero camino con los recuerdos del ayer, en mí anclar
De medicinas llevó el cuerpo, dibujado en mi faz
Pero resisto con la escritura, del buque de mi mar…
Antes ponía películas, de polietileno sin cesar
Ahora mi vida es el film, que tengo que rodar
Y lo voy imprimiendo, entre versos, sin parar
Gracias le doy a “Dios” por dejarme respirar.
Modesto Ruiz Martínez / 20/11/2009