En húmedas horas desnudas de poesía
opaco por la ausencia de luto está el amor.
El eco pulsa amargo minutos de temor
mientras con cada instante fallece la alegría.
Es cierto que pensarte quizá no debería
si sólo al recordarte se inflama este dolor,
que va sembrando el alma del más mustio color
en nublado horizonte de cruenta lejanía.
El llanto fluye rancio rezurcido en tristeza,
acinturando el rostro marcado en aflicción,
la mirada se infecta de grumosa aspereza
inyectándole al tiempo turbada agitación.
Amor desamparado despojo de entereza,
averno son tus horas tañendo en frustración.