Estoy cansado de andar por senderos de mentiras,
en hipocresías fundadas por vanidades humanas,
por caminos que te hieren con piedras afiladas,
oliendo las fragancias de pétalos envenenados,
bebiendo aguas turbias e infectadas de egoísmos,
viviendo en un mundo donde todo el mundo mata,
y los que matan mueren lentamente sin prejuicios.
Estoy cansado de ver como aniquilamos el alma,
como embarramos deseos y pasiones fermentadas,
por historias y romances que expiran de madrugada,
dibujando una estela amarga a vidas impolutas,
haciendo sangrar heridas de inocencias rotas,
pudriendo la manzana con el gusano de la codicia,
entregándonos en manos de nuestra propia cobardía.
Estoy cansado de ignorar a nuestra propia conciencia,
de las ideas enmascaradas que pretenden callarla,
de observar en un espejo la imperfección maquillada,
de sentirme uno más en la ruleta de la vida,
persiguiendo los fantasmas de las falsas esperanzas,
embriagándonos del elixir agrio de ilusiones ficticias,
de suspicacias ilógicas apuñalándonos la cabeza.
Estoy cansado... cansado de descansar
en un lecho de espinas.