Alguna vez luche por no dejar de ser
que me asustó esta vid
pues la noche de lluvia se rompió con los truenos.
Me dolieron momentos sentidos que se fueron
y la rosa marchita dormida entre los versos.
Me dolieron los pasos que se quedaron quietos.
Me dolieron tus ojos llenos de amor eterno,
me dolieron los labios que guardaron silencio.
Y me quedé en los brazos de la noche en desvelo
con todas mis nostalgias, mis lágrimas, mis miedos.