Luis Elissamburu

La sinfonía de Francisco.

Cánten, amiguitos,

con sus voces claras,

en este bosque dulce

con sus rotas ramas.

Que sus gorjeos inúnden,

la paz de mis mañanas.

Que sus plumas, acarícien,

los restos de mi alma.

Si mis ruegos se silencian,

o mis sueños, fállan,

solamente ustedes,

sabrán lo que me pasa.

Hay un Cielo Infinito

en las nubes mas altas,

dónde el santo Francisco,

siempre nos aguarda.

La verdadera Luz,

la verdadera Calma,

la verdadera Hora,

allí, se hermánan.

Cánten, pajaritos,

desde cada ventana.

Que Dios, escucha atento,

sus melodías sántas.