Somos, como dos gotas de agua,
que en su camino llegan al río,
transitan en su caudal,
tristes, alegres,
pero que siempre llegan a su destino.
Ahí, seguimos como cascadas desbocadas,
que fluyen en todo su esplendor,
caemos y en esa caída,
terminamos depositando nuestras emociones
en un mar de amor, solo,
para acabar brillando con luz propia.
Un par de corazones,
adornan el alma de éstas dos mujeres,
que por la vida, van sorteando el camino,
esquivando, los golpes del destino,
tratando de no caer,
y si caemos,
¡Que el orgullo nos levante!
Pues airosas lo haremos,
porque somos, dos mujeres fuertes,
¡Somos mujeres guerreras!
Que no se dejan vencer por nada,
ni por el viento que sopla fuerte,
ese viento,
que nos ha querido derribar, tantas veces.
Somos, como dos gotas de agua...