Tiempo que perece, tiempo que aguarda, que espera;
agujas oxidadas, férreas, que deshilachan su cuerpo.
Masculla los pares e impares, repite y replica,
reclama a partes iguales las noches y días.
¿Mudo? Mudo, obligado a morir enjaulado,
sumiso del espacio y las cuerdas,
de las puertas que abre, y que cierra.
Guardan cansancio sus ojos, circunferencias rígidas,
llenas de estancos paisajes, aburridos y monótonos.
Su maquinaria chirría, lucha contrariada por girar de otro lado;
y él, exprime sus fuerzas, engendra segundos alados…
Se consume. Se muere.
*Reservados todos los
derechos de autor
22- Enero- 2013
F.B.V