Su simple título me intriga.
Me atrae su nombre
Y digo querer conocer su contenido.
Y así, lo tengo y busco,
Quiero leerlo, quiero conocerlo.
Quiero intimar con él
Y descubrir sus secretos.
Quiero repasar sus palabras,
Quiero que sea ante mis ojos
Porque es mi compañía.
Pero...cómo! Me sorprendo!
Cuando intento abrirlo...no puedo!
Pero...no puedo, no permite,
Y entonces trato nuevamente
Y nuevamente no puedo.
Se resiste, insisto e insisto hoy,
Insisto mañana e insisto siempre,
Y de un modo y de otro modo.
Mi libro sigue cerrado.
Continúo mirando esa portada
Durante un largo tiempo
Y ese tiempo me parece eterno,
Se prolonga...
Trece días, trece meses, trece años,
Y aún más,
Cuánto tiempo... y desespero,
Desanimo y entristezco.
Sí, la esperanza pierdo
Y un día veo
Que ese libro se ha tornado
Y ahora lo que miro
No es ya el anverso,
Ya no miro aquella,
Mi portada predilecta.
Miro ahora el reverso,
Allí no hay título ni autor,
Allí no hay nada de valor,
Un reverso indiferente
Donde todo es ausente.
Qué tristeza, qué amargura,
Ahora ya no deseo abrirlo,
Ya poco significa.
Su contenido...?
Tal vez sean páginas en blanco,
Tal vez sea un libro vacío.