Fué a guardar sus tristezas
encerrarlas en una caja
de jacaranda su madera
para su duración eterna
mente encerradas.
Al cruzarse en el camino
la bondad hecha mujer,
que tuvo ese poder
de convencerlo a contar.
Le decía que ese mal
hay que sacarlo de adentro
para quedar vacío
de esos malos pensamientos
.La vida cuenta de tantos
momentos agradecidos,
y también los motivos
de amarguras teniendo
esos que vas poniendo
para el olvido constante.
Hay que dejar volar
en el cielo de las verdades,
así la tranquilidad
invadirá tu ser,
luego ese querer
sembrará las alegrías
como sombras seran
diluyendose encantadas,
las amarguras siempre
no deben quedar encerradas.