Hay un olor a espelma inundando el aire
Y velas por doquier apenas encendidas
Hay miles de bancas vacías,
Veo unas cuantas personas rezando de rodillas,
Otros entran y salen, solo se persignan…
Hay altares por doquier, Imágenes vacías…
Se escuchan murmuras de almas en agonía,
Y uno que otro ronquido de algún indigente dormido,
Sentada en una esquina
La gente pasa y solo me mira,
Yo solo observo y escribo,
Esperando que no se acabe mí tinta.