Cuando empezaba, ¿cómo era sentir tu amada?
La roca fundida, lentamente, al calor de sus besos,
hervía la lengua de tanta pasión desenfrenada,
era, la boca que la besaba, flor naciente del fuego,
como volcán emergiendo su sonrisa me domaba.
Después del primer beso, ¿cautivó lo que quiso?
Cual fiera de olas ardiente azotando las piedras,
sus labios se impactaban sedientos contra los míos;
será necesario siete mares y unas bocas extras
para equiparar lo que por el amor en ambos hizo.