Desde el recóndito abismo
Numeral de la distancia
Elevo cantos del alma
Al cielo azulado mismo
Llorándote como un niño
Desde el alba hasta el crepúsculo
Desde el mayor al minúsculo
Recuerdo de tu perfume
Como herida que consume
De la piel hasta los músculos
La espera me esta sangrando
Por el luto del silencio
Y en el rincón del misterio
Mi dolor sigue brotando
El daño está acrecentando
Heridas de oscuridad
Con marcas de realidad
Pintando tu lejanía
Mi muerte en la cercanía
Si no vuelvo a verte más
Cual lucero en la mañana
Perdido, cabalga el cielo
Cual luciérnaga en desvelo
Titilando en tu ventana
Suplicando tu llegada
Soy mendigo de tu nombre
Esclavo de tu desorden
Marinero de tus sueños
Sacristán de tus cabellos
Y Romeo en tus balcones
A la luz de tus pupilas
Se debaten los espejos
De mi futuros reflejos
Nadando en aguas tranquilas
Ven acércate y cobija
El rigor de mis extensos
Minutos donde repienso
Cuan profundos son los años
Ay mujer! como te extraño
Cuanto te echo de menos
Corazón! no te equivoques
No es que yo esté padeciendo
Es que por ti estoy muriendo
En las sombras de la noche
Y a pesar que me provoque
Desgarrarme las heridas
Y renunciar a esta vida
Dejarme caer y hundirme
Corazón! no he de morirme
Porque te amo todavía
Gerardo Villalobos