ALVARO J. MARQUEZ

LO QUE DESPIERTO EN TI

"Si entre nosotros hay pasión/ aunque sea pecado la aventura,/ ante el frío querer de la razón,/ preferiré amarte con locura"


Los deseos de tu piel que toda se eriza,

las ansias locas de abrazarme y sentirme,

ese nerviosismo que capto en tu sonrisa

un te amo con el alma que quieres decirme.

 

En tu pecho latidos que de pronto aceleran,

en tu alma rincones en los cuales me nombras,

suspiros que provoco que para salir esperan,

deseos de pecar que estaban entre sombras.

 

En todo tu cuerpo unos temblores infinitos

que yo no sé si abrazándote han de cesar,

deseos que en tu mirar se oyen a gritos,

besos que de tu boca a la mía quieren viajar.

 

Locura irrefrenable que de pronto se activa,

la sensatez por momentos está ausente...

te estremeces, te humedeces, ¡estás viva!

y hay imágenes igneas ardiendo en tu mente.

 

El espejo te ayuda a imaginar lo que digo,

tus manos recorren felices tu cuerpo desnudo,

no hay lugar donde no te imagines conmigo,

que sudor de mi cuerpo sudas y yo del tuyo sudo.

 

Te asomas a la ventana, bella como ninguna,

un deseo loco de asomarte desnuda te llegó

y miraste deseosa y muy sensual a la luna,

imaginando que a esa hora lo mismo veía yo.

 

El mundo a tu alrededor en segundos desaparece,

porque sólo abrazada conmigo te quieres ver...

tu deseo de sentir aumenta vertiginoso, crece,

con nadie antes llegaste a sentirte tan mujer.

 

Amas dormir porque me verás en tu sueño

y amas no dormir para soñarme despierta,

adoras que sea yo y sólo yo el único dueño

de la entrada a tu alma, que por mí está abierta.

 

Todo eso mis letras logran cuando me lees,

un torbellino de deseos y fuertes sensaciones,

no te importa si está bien o mal que me desees,

no estás para poner freno a tus emociones.

 

Te estremeces por un hombre que te eleva

y yo estoy muy orgulloso de ser ese hombre,

busca en cualquier poesía, antigua o nueva

y en algún verso seguro verás tu nombre.

 

Ya ves, estamos a mano, lo digo de corazón,

cada noche al leerme eres presa de tu ansiedad

y quizá sin saberlo eres causa de mi inspiración

y yo sabiéndolo bien, la razón de tu humedad.