¡Ven!,
Entrégame tu amor.
Que ansiosa estoy por tenerte,
que no han bastado los años,
para que en el olvido yo te deje.
¡Ven!
Regálame tu presencia,
para que envuelta en tu aroma,
yo siga soñando que me besas.
¡Ven!
No hagas más cruel ésta espera,
que en el alma llevo la condena,
por haber permitido que te fueras.
¡Ven!
Si tú supieras,
todo el amor que tengo para darte,
todas las ansias guardadas,
toda la pasión en desenfreno
que te espera en mi lecho.
¡Ven!
Quiero que seas mi dueño,
quiero que seas tú,
el que me arrebate ese suspiro
que se entrega en el último aliento.
Si tú supieras...