En esta hora
mi puño vacío habitado
por fantasmas de tu imagen
excita pinceles impacientes por tu silueta versicolor.
Es la hora del canto de las garzas.
En esta hora
la necesidad inquieta de pintarte
repta trazos absurdos
sobre un silencio con múltiples rostros:
El río acromático.
Hojas acrílicas conspiradoras.
Latidos amorfos de perro.
Aleteo abstracto de abejorro.
En esta hora
duelen las caricias irónicas de tu ausencia,
la noche interminable
y tu sonrisa de musa
modelando para otro lienzo.