Miradas entreabiertas, un respiro-propulsión
varios pasos centinelas, un saludo por favor
la mitad de una sonrisa, la mitad de una canción
dos tequilas y un deseo, besos de prudencia y de fervor
Una propuesta indecente, sin palabras ni razón
con titubeos al principio, ya sin dudas al final
son mariposas de canela, de seda y de algodón
como pinceladas en un lienzo, donde lo mortal es inmortal
Las cenizas de la noche, la verdad de una ilusión
la humedad de madrugada, y la tristeza de un cantor
la otra mitad de la sonrisa, la otra mitad de la canción
los besos ya no son deseo, no son prudencia, no son fervor
Es un ciego que se esconde, en el pecho y la pasión
es el mundo que vuelve a ser el mundo
es el cielo que vuelve a ser azul
es la muerte de una rosa, es que nace un girasol
es la otra mitad de una sonrisa, la otra mitad de una canción