carminha nieves

A CADA UNO SUS DERECHOS

                                    

 

Una tristeza inexplicable, ha entrado en mí. El por qué no se, en verdad no quiero saberlo, quizá ya lo sepa y no quiera aceptarlo.

Solo quería dormir y olvidar, despertar e  sentir que no es nada, solo una fase de mi vida.

No puedo decir que no me hicieran nada, mentía, mal mucho me hicieran y rechazo que lo hayan hecho. Quería perdonar, no consigo, vive cada segundo dentro de mí.

Perdiendo la esperanza, de poder ser un poco feliz, voy caminando, como puedo y consigo.

La vida es tan corta, derecho no hay ninguno, para  pisotear la dos demás. Enferma no estoy, pero triste y sola en mi arrastrar este dolor de  alma, que me consume  y me quita la sonrisa.

Nada ice, nada he quitado, a nadie. Solo  en mi inmadurez  tener derecho a mi vida poder volar  en mis sueños, sin destino, sin tiempo, solo desprenderme y ser un poco feliz. Destinos, suertes, en un viaje  en que se no puede volver atrás. Tampoco, quería empezar de nuevo, volver a pasar  toda otra vez no. Ojos cristalinos del color del agua, que se traspasan y se sabe lo que piensan, hay pocos, rarísimos. Nunca he encontrado ningunos. Seguro que si volviera al principio, tampoco los encontraría. Por eso me conformo, con los oscuros insondables, así, sueño más, me equivoco, donde veo cariño, hay desprecio, donde veo piedad, hay risas, donde veo amor hay interés. Ya nada importa,  resignación, un poco, desilusión mucha, pero así son las cosas. No intento cambiarlas, me aparto, en mis brazos aprieto, el nada que tengo, me caliento con calefacción,  todo olvido acostada en mi cama, durmiendo, sin soñar, así estamos todos, en una mentira, que aceptamos, como si fuera verdad.

Si todos los inocentes que fueran acusados, pudieran venir a este mundo hacer justicia y limpiaran su nombre, sería bueno y el mundo quedaría con menos  gente, bastante.

Dicen que cuando morimos prestamos cuentas a Dios, ¿pagaremos el mal que hicimos? ¿Y el bien? Para mi creo que es tarde, tenía que ser  ahora, en al momento.

Pasa el tiempo, las emociones, los sueños, la propia vida, ¿de que nos vale tener piernas y no poder andar? ¿Tener corazón e no poder querer? Ser y no ser nada, pensar ¿y no tener con quien comentar? Es una soledad un aislamiento, penoso,   intentamos hacer de cuenta hablando solos que no lo estamos.

Derecho no hay ninguno para pisotearnos y entristecernos. Pero lo hacen, con maldad, somos incomodos, pues somos los ojos del color del agua  cristalinos que traspasan,  con su mirada de envidia, nuestra alma y nos pisotean

Oporto,18 de Marzo de 2013

Carminha Nieves.