Las ganas me vienen de amarte,
acogerte en mis manos y gozarte,
tenerte al frente y escucharte…
sin tener que fingir un desprecio,
aun escondiéndolo en mi alma,
porque eres una pobre / ingrata
Nunca supiste valorarlo,
el cariño humilde que mi corazón,
te había enseñado,
hoy mis labios perdieron su razón,
pronunciándote palabras de amor,
dedicadas a la imaginable creadora,
de las dulces mentiras embustes.
Ahora me dejaste en cadena
dándome de beber de tu veneno,
que estaba oculto en tus labios,
transmitiste la muerte en cada beso,
una droga que no tiene remedio,
que ahora a diario me consume,
me diste vida en la ceguera, y
ahora con tu traición… el infierno.
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