LA RESACA DE TODO LO SUFRIDO
Se añeja la melodía
en las paredes del pecho,
y queda solo el despecho
de una triste algarabía.
Todo se va por la vía
de la brevedad que envuelve;
la esperanza no resuelve
el problema de un monólogo.
"La vida es tan sólo el prólogo
de un final que se disuelve".
Queda el dolor infinito
de un amor que no prospera
y no queda ni siquiera
fuerza para dar un grito;
y ya me siento contrito
por tu amor que ya no vuelve.
Si el desprecio no me absuelve
seré del dolor homólogo…
"La vida es tan sólo el prólogo"
de un final que se disuelve".
Autores: Efraín de Noriega y Alejandro J. Díaz Valero